Columna “En foco” - El Mundo - página 2 - Hoy Día Córdoba – miércoles 26 de diciembre 2012
Egipto, religión y política
por Pedro I. de Quesada
El referéndum en Egipto ha terminado, como lo advertimos en esta columna el “SI” ha triunfado, avalando el proyecto de reforma constitucional del presidente Mohammed Mursi y los Hermanos Musulmanes, el partido islámico que se ha hecho cargo de la transición tras el derrocamiento del “rais” Hosni Mubarak y el fin de la autocracia militar.
El referéndum expresa la opinión mayoritaria de la sociedad egipcia, ese punto no puede ponerse en cuestión.
Pero me parece necesario dejar sobre la mesa algunos elementos que pueden distorsionar esa elección mayoritaria, así como advertir sobre los riesgos que un escenario que reintroduzca la cuestión religiosa en la principal potencia africana del Mediterráneo pueden acarrear para la estabilidad regional, por lo demás siempre al borde del colapso.
La Comisión Electoral cairota anunció ayer oficialmente el triunfo del “SI”, con un 63,8 por ciento de los sufragios emitidos en las dos rondas en que se desdobló el referéndum, los sábados 15 y 22 de diciembre.
Frente al cuestionamiento sobre la deriva islamista del Estado, que han realizado durante estos últimos meses los sectores laicos, los partidos republicanos, los intelectuales y la minoría cristiana copta, ese porcentaje supone una rotunda ratificación del rumbo trazado por los Hermanos Musulmanes. Mohammed el Baradei, el científico que se ha convertido en el rostro mediático de la oposición laica al presidente Mursi, anunció que el Frente de Salvación Nacional (FSN) impugnará los resultados, e insistió en que la participación en la consulta fue tan sólo del 32,9 por ciento del padrón, unos 17 millones de los casi 52 millones de egipcios convocados a las urnas.
Por la celeridad de la convocatoria, ninguna organización internacional vigiló la consulta ciudadana, aunque sí lo hicieron algunas ONG egipcias, la mayoría de las cuales solicitó públicamente la repetición del proceso a causa del fraude.
La Comisión Electoral no ha hecho lugar a estos reclamos y ha declarado que el resultado es legal y legítimo a pesar de la baja participación (en definitiva, y sin ir más lejos, al presidente de los Estados Unidos de América, con el enorme poder mundial que encierra ese cargo, lo termina eligiendo un porcentaje similar de votantes norteamericanos...)
Pero que la nueva Constitución impulsada por los islamistas restringe libertades civiles y derechos de las mujeres y las minorías, y abre la puerta a una interpretación religiosa y rigorista de la ley civil, constituyen asimismo datos objetivos, tanto como el resultado objetivo del referéndum.
Asumido el golpe, la oposición confía en frenar el salto islamizador utilizando las propias herramientas democráticas: hacer caer la nueva Constitución en las próximas elecciones legislativas.
Parece una esperanza ilusoria: las tendencias advierten del crecimiento sostenido de la cofradía musulmana también para las legislativas.
Egipto parece virar, cada vez más seguro, hacia un Estado confesional.
Twitter: @nspecchia
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Egipto, religión y política
por Pedro I. de Quesada
El referéndum en Egipto ha terminado, como lo advertimos en esta columna el “SI” ha triunfado, avalando el proyecto de reforma constitucional del presidente Mohammed Mursi y los Hermanos Musulmanes, el partido islámico que se ha hecho cargo de la transición tras el derrocamiento del “rais” Hosni Mubarak y el fin de la autocracia militar.
El referéndum expresa la opinión mayoritaria de la sociedad egipcia, ese punto no puede ponerse en cuestión.
Pero me parece necesario dejar sobre la mesa algunos elementos que pueden distorsionar esa elección mayoritaria, así como advertir sobre los riesgos que un escenario que reintroduzca la cuestión religiosa en la principal potencia africana del Mediterráneo pueden acarrear para la estabilidad regional, por lo demás siempre al borde del colapso.
La Comisión Electoral cairota anunció ayer oficialmente el triunfo del “SI”, con un 63,8 por ciento de los sufragios emitidos en las dos rondas en que se desdobló el referéndum, los sábados 15 y 22 de diciembre.
Frente al cuestionamiento sobre la deriva islamista del Estado, que han realizado durante estos últimos meses los sectores laicos, los partidos republicanos, los intelectuales y la minoría cristiana copta, ese porcentaje supone una rotunda ratificación del rumbo trazado por los Hermanos Musulmanes. Mohammed el Baradei, el científico que se ha convertido en el rostro mediático de la oposición laica al presidente Mursi, anunció que el Frente de Salvación Nacional (FSN) impugnará los resultados, e insistió en que la participación en la consulta fue tan sólo del 32,9 por ciento del padrón, unos 17 millones de los casi 52 millones de egipcios convocados a las urnas.
Por la celeridad de la convocatoria, ninguna organización internacional vigiló la consulta ciudadana, aunque sí lo hicieron algunas ONG egipcias, la mayoría de las cuales solicitó públicamente la repetición del proceso a causa del fraude.
La Comisión Electoral no ha hecho lugar a estos reclamos y ha declarado que el resultado es legal y legítimo a pesar de la baja participación (en definitiva, y sin ir más lejos, al presidente de los Estados Unidos de América, con el enorme poder mundial que encierra ese cargo, lo termina eligiendo un porcentaje similar de votantes norteamericanos...)
Pero que la nueva Constitución impulsada por los islamistas restringe libertades civiles y derechos de las mujeres y las minorías, y abre la puerta a una interpretación religiosa y rigorista de la ley civil, constituyen asimismo datos objetivos, tanto como el resultado objetivo del referéndum.
Asumido el golpe, la oposición confía en frenar el salto islamizador utilizando las propias herramientas democráticas: hacer caer la nueva Constitución en las próximas elecciones legislativas.
Parece una esperanza ilusoria: las tendencias advierten del crecimiento sostenido de la cofradía musulmana también para las legislativas.
Egipto parece virar, cada vez más seguro, hacia un Estado confesional.
Twitter: @nspecchia
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