CARTA DE MIAMI – Hoy Día Córdoba – Lunes 31 de diciembre de 2012
Obama: La democracia es un lío
por Anita Rey
El Capitolio estadounidense está alterado. Que Barack Obama haya decidido cancelar sus vacaciones de fin de año en Hawai y haya retornado de urgencia a Washington para tomar la negociación directa con el Legislativo, ha inyectado presión a la vida política.
Después de dos rondas de diálogos sin mayores resultados, los relojes avanzan y la primera hora del nuevo año se acerca.
Sin una salida consensuada entre los bloques parlamentarios, la economía estadounidense, la mayor del mundo, entrará en recesión automática el 1º de enero de 2013 por la confluencia de medidas de reducción de ingresos y aumento de gastos que comenzarían a operar, en simultáneo, con el nuevo año.
Después del fiasco en la Cámara de Representantes, el Senado debatía anoche, buscando "in extremis" un piso de mínimos entre las bancadas demócrata y republicana, que permita sortear el denominado "fiscal cliff" (abismo fiscal), como se designa a la confluencia de las medidas económicas que entrarían en vigencia en las próximas horas.
En la mañana del domingo, tras los encuentros con diputados de ambos partidos en que las posiciones se mantuvieron intransigentes, el presidente Obama volvió a advertir a la clase política sobre las consecuencias negativas que tendría una caída en un abismo fiscal en este momento, tanto para la economía doméstica como para la estabilidad internacional.
En el plano interno, el atolladero económico es difícilmente comprensible en una coyuntura que, en los grandes números, aparece como favorable, especialmente teniendo en cuenta los parámetros tan críticos del pasado reciente: Estados Unidos crece a un ritmo del 3,1 por ciento y ha logrado achicar la cifra de desempleo por debajo de la fatídica línea del 10 por ciento (se ubica ahora en el 7,7 por ciento).
Si no se arriba a un pacto entre ambos partidos, se recortarían automáticamente gastos en Defensa y dos tercios de los contribuyentes estadounidenses comenzarían a pagar un promedio de 3.446 dólares más de impuestos. La suba impositiva repercutirá en el consumo, con lo que el país podría entrar en recesión durante la primera mitad del año próximo.
En la sesión que comenzó anoche, el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, y su par republicano, Mitch McConell, intentarán consensuar una ley que ponga freno a los impuestos para hogares con ingresos menores a 400.000 dólares anuales, que es una línea media entre el mínimo no imponible de 250.000 que quería el Gobierno y el millón que admiten algunos senadores de la oposición conservadora (otros, ni siquiera eso).
Preocupado, el presidente afirmó que "Los republicanos dicen querer reducir el déficit, pero actúan como si sólo quisieran proteger a los ricos". El líder republicano en la cámara de Representantes, John Boehner, le contesto que "lo que tiene que hacer es liderar, no repartir culpas". "La democracia es así, un lío", concluyó el presidente con rostro desesperanzado.
Twitter: @nspecchia
Obama: La democracia es un lío
por Anita Rey
El Capitolio estadounidense está alterado. Que Barack Obama haya decidido cancelar sus vacaciones de fin de año en Hawai y haya retornado de urgencia a Washington para tomar la negociación directa con el Legislativo, ha inyectado presión a la vida política.
Después de dos rondas de diálogos sin mayores resultados, los relojes avanzan y la primera hora del nuevo año se acerca.
Sin una salida consensuada entre los bloques parlamentarios, la economía estadounidense, la mayor del mundo, entrará en recesión automática el 1º de enero de 2013 por la confluencia de medidas de reducción de ingresos y aumento de gastos que comenzarían a operar, en simultáneo, con el nuevo año.
Después del fiasco en la Cámara de Representantes, el Senado debatía anoche, buscando "in extremis" un piso de mínimos entre las bancadas demócrata y republicana, que permita sortear el denominado "fiscal cliff" (abismo fiscal), como se designa a la confluencia de las medidas económicas que entrarían en vigencia en las próximas horas.
En la mañana del domingo, tras los encuentros con diputados de ambos partidos en que las posiciones se mantuvieron intransigentes, el presidente Obama volvió a advertir a la clase política sobre las consecuencias negativas que tendría una caída en un abismo fiscal en este momento, tanto para la economía doméstica como para la estabilidad internacional.
En el plano interno, el atolladero económico es difícilmente comprensible en una coyuntura que, en los grandes números, aparece como favorable, especialmente teniendo en cuenta los parámetros tan críticos del pasado reciente: Estados Unidos crece a un ritmo del 3,1 por ciento y ha logrado achicar la cifra de desempleo por debajo de la fatídica línea del 10 por ciento (se ubica ahora en el 7,7 por ciento).
Si no se arriba a un pacto entre ambos partidos, se recortarían automáticamente gastos en Defensa y dos tercios de los contribuyentes estadounidenses comenzarían a pagar un promedio de 3.446 dólares más de impuestos. La suba impositiva repercutirá en el consumo, con lo que el país podría entrar en recesión durante la primera mitad del año próximo.
En la sesión que comenzó anoche, el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, y su par republicano, Mitch McConell, intentarán consensuar una ley que ponga freno a los impuestos para hogares con ingresos menores a 400.000 dólares anuales, que es una línea media entre el mínimo no imponible de 250.000 que quería el Gobierno y el millón que admiten algunos senadores de la oposición conservadora (otros, ni siquiera eso).
Preocupado, el presidente afirmó que "Los republicanos dicen querer reducir el déficit, pero actúan como si sólo quisieran proteger a los ricos". El líder republicano en la cámara de Representantes, John Boehner, le contesto que "lo que tiene que hacer es liderar, no repartir culpas". "La democracia es así, un lío", concluyó el presidente con rostro desesperanzado.
Twitter: @nspecchia
