miércoles, 16 de enero de 2013

Dominique, el sátiro o el proxeneta (16 01 13)

En foco - El Mundo - página 2 - Hoy Día Córdoba – miércoles 16 de enero de 2013 

Dominique, el sátiro o el proxeneta


por Pedro I. de Quesada





La novela negra (o la novela rosa, a esta altura quién sabe) alrededor de Dominique Strauss-Kahn se niega a concluir, y sigue dando pasto a los caballos del debate ideológico galo.

Hasta hace apenas unos meses era un personaje central de la política europea: abogado y economista brillante, líder de la socialdemocracia francesa, dos veces ministro de Economía, director gerente del Fondo Monetario Internacional, y esperanza de la izquierda para derrocar al neogaullismo de Nicolás Sarkozy. A sus 60 años, era el hombres de las mil rosas, que presumía de socialismo y al mismo tiempo cultivaba una imagen de bon vivant, con trajes y coches millonarios y una esposa hermosa e inteligente (también ella millonaria).

La vida es una moneda tirada al aire, y puede caer de cara muchas veces pero en la ocasión menos pensada mostrar la cruz. DSK vive esa cruz desde el 14 de mayo de 2011, cuando la rica moneda de oro de su vida se dio la vuelta en una suite del hotel Sofitel de Nueva York. La mucama Nafissatou Diallo, inmigrante de las paupérrimas tierras africanas, consiguió sentar a uno de los más importantes hombres del mundo, esposado y sin afeitar, en el banquillo acusado por violación.

Las fotos dieron la vuelta al mundo y en cuestión de horas despojaron a Strauss-Kahn de los timones de mando del FMI, del liderazgo del Partido Socialista Francés, de la precandidatura presidencial, y de todo cargo medianamente importante de la larga lista que su curriculum acumulaba.

El juicio norteamericano, en todo caso, se difuminó en los meandros legales, DSK recuperó la libertad y pudo volver a su residencia parisina, junto a su leal esposa, que no dejó de apoyarlo contra toda prueba.

Pero aunque se librara de la cárcel neoyorquina, el proceso por violación seguía abierto y Strauss-Kahn tuvo que llegar –en noviembre pasado- a un acuerdo con la mucama ultrajada por un monto de seis ceros en dólares que, al mismo tiempo, constituyó una asunción indirecta de culpabilidad.

Cerró aquel capítulo, pero la novela sigue, y como lo fue desde un principio, supera el ámbito privado e invade la faz pública, con ramificaciones a toda la clase política. Anne Sinclair, la leal esposa, se terminó por hartar y abandonó al fogoso socialista, a quien los paparazzi fotografían ya en Venecia con su nueva novia, Myriam Aouffir.

Rechazada la solicitud de archivo de la causa, el Tribunal Supremo de Francia debe decidir ahora si procesa a DSK como proxeneta, por haber participado de una banda que organizó, durante años, servicios sexuales de prostitutas y orgías a 10.000 euros por cabeza la noche (cabezas blancas, importantes, masonas y políticas).

Por estos días, muchos se preguntan además si debería soslayarse la responsabilidad del presidente François Hollande: no puede, advierten los críticos, no haber estado al tanto de las conductas impropias de su sátiro compañero de partido.

En todo caso, si el Tribunal Supremo habilita el juicio por proxeneta, esta vez DSK no logrará zafar con algunos millones de euros. Esta vez pueden caerle hasta siete años de cárcel.





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