lunes, 9 de julio de 2012

Regreso al futuro (03 07 12)



Hoy Día Córdoba - Columna En Foco - Martes 3 de julio de 2012


Regreso al futuro


por Pedro Indiana de Quesada







La vida, ya se sabe, hay veces que imita al arte. En la película de Robert Zemeckis, Michael Fox -en la piel del adolescente Marty McFly- vuelve a nuestros días luego del fallido viaje a 1955.

En México más de uno se debe haber acordado en las últimas horas de las peripecias de Marty y de la máquina del tiempo del científico loco de su amigo Doc, al ver el retorno de un pasado que parecía archivado.

En las elecciones mexicanas de este domingo, uno de los eventos democráticos más multitudinarios que se registran (cerca de ochenta millones de electores concurrieron a las urnas, en un proceso controlado por un millón de fiscales y cientos de observadores internacionales), para confirmar el retorno al centro del poder de la fuerza política que dio forma a la Nación, y que la gobernó con mano firme durante más de siete décadas.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no apeló a la máquina del tiempo de Doc, pero aprovechó los dos sexenios seguidos de gobiernos conservadores del Partido de Acción Nacional (PAN) para reinventarse, y volver al poder como si nada hubiera pasado.

Las cartas estuvieron bien jugadas, aunque a último momento las marchas y la rebeldía juvenil del movimiento "YoSoy132" estuvieron a punto de echar por la borda toda la estrategia. Pero el PRI logró zafar de la encerrona de la protesta juvenil merced a uno de los tres pilares en que construyó su proyecto de retorno: el apoyo del "México profundo", los sectores rurales y campesinos de la mitad norte del país.

En aquellas zonas, los cánticos opositores, las denuncias por la participación interesada del canal Televisa en el apoyo al PRI, y las puestas en escena de los jóvenes universitarios del Distrito Federal llegan con sordina, y eso si llegan.

Y las otras dos cartas del PRI fueron jugar al desgaste de la administración de Felipe Calderón, que estuvo marcada desde el primer momento por unas ambiciones discursivas que superaban largamente sus posibilidades reales (especialmente en lo relacionado con la declarada "guerra al narco"); y, por último, la apuesta por la renovación generacional de su dirigencia, impulsando al "golden boy" Enrique Peña Nieto.

La estrategia terminó dando resultado: Peña Nieto, ex intendente del Distrito Federal, de apenas 45 años, será el nuevo Presidente, y de su mano el PRI vuelve al Palacio del Zócalo.

Pero hay un elemento que en este futuro rayará la cancha del viejo partido, para limitarle las prácticas -que bordearon casi siempre el filo de la navaja autoritaria- del pasado: el crecimiento territorial de los partidos de la izquierda.

Andrés Manuel López Obrador volvió a quedar a las puertas del gobierno, como hace seis años. ¡Vaya karma el de ese hombre!, pero la arrasadora victoria de su partido en la ciudad capital, así como haberle arrebatado al PRI la provincia de Tabasco, junto a la determinante presencia de diputados de izquierda en el Congreso, dibujarán otro mapa de relaciones






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