martes, 16 de octubre de 2012

Otro fantasma recorre Europa (16 10 12)

Columna “En foco” - El Mundo - página 2 - Hoy Día Córdoba – martes 16 de octubre 2012 

Otro fantasma recorre Europa 
por Pedro I. de Quesada








Cuando Marx y Engels encabezaban aquel célebre papel, el “fantasma” al que se referían era un espectro esperanzador.

El comunismo recorría una Europa ascendente, y el Manifiesto (impreso en Londres en 1848, y con edición definitiva en Alemania en 1890) llamaba a la unión para responder a ese movimiento tectónico de todas las estructuras.

Este otro fantasma, por el contrario, es un espectro pálido y enflaquecido que apenas trasmite desesperanza, y alienta la desvinculación, la separación, el resurgimiento de los nacionalismos identitarios y todas las variantes del egoísmo social aplicado a las acciones políticas.

El Parlamento noruego, en un rapto de mala conciencia, acaba de entregarle el premio Nobel de la Paz a la Unión Europea, quizá con la intención de recordarles a los dirigentes que se esconden debajo del fantasma que recorre Europa, que la responsabilidad de este tiempo de desunión es de ellos. O, también, con el deseo de despertar en los jóvenes –que no tuvieron la experiencia directa de la guerra que desangró a las generaciones de sus abuelos- un renovado sentimiento de construcción común.

Vaya a saber si esas fueron las intenciones de los parlamentarios noruegos, lo que sí es cierto es que los datos que arroja el escenario europeo siguen yendo en la dirección contraria.

Esta semana el periódico londinense The Guardian cronica el aumento dramático del número de familias que no tienen más recurso que alojarse en los albergues “bed and breakfast”, después de haberse quedado ya sin nada; los “homeless” se han incrementado en un 44 por ciento con respecto al año pasado (para las familias con niños, el incremento llega al 60 por ciento) en Londres.

La clase política británica, sin embargo, está volcada a administrar las rupturas: hacia afuera, con el resto de Europa, y hacia adentro, con Escocia. Escocia –más aún que el independentismo catalán, o el vasco, o inclusive el neerlandés que acaba de ganar elecciones regionales- es el ariete más fuerte de la disgregación territorial.

En dos años, un referéndum simple y claro, con una única pregunta vinculante, decidirá la escisión de Escocia de Gran Bretaña.

David Cameron, en todo caso, ya había comenzado el éxodo político desde el Continente en diciembre pasado, cuando pateó la mesa del proyecto de la unión fiscal, y ahora, al negarse a aprobar los presupuestos de la Unión Europea hasta 2020: el premier inglés desdoblará los presupuestos, habrá uno para los miembros del euro y otro para el resto (los ingleses, claro, entre estos últimos).

Europa se habrá partido por arriba, y las fuerzas independentistas la horadarán por debajo.

Ningún premio Nobel detendrá ese proceso, aunque todos sean cada vez más egoístas, y más pobres.





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