Columna “En foco” - El Mundo - página 2 - Hoy Día Córdoba – martes 9 de octubre 2012
¿Por qué Chávez sigue ganando?
por Pedro I. de Quesada
Estaba todo listo: los diarios tenían los titulares de sus tapas ya previstos, los principales columnistas habían redactado los artículos que, seguramente, se habrían titulado “Victoria de Capriles: mensaje para la oposición argentina”; y una buena cantidad de medios habrían celebrado, en letras catástrofe, el final de la “dictadura” chavista.
Como diría Eduardo Galeano, extraña dictadura y curioso dictador, que ganó ocho elecciones en cinco años y se sometió a un referéndum en el que preguntaba a los venezolanos si querían el modelo de Estado que él proponía: es el único presidente de la historia de la humanidad en hacerlo, y ganó con el 60 por ciento.
La realidad, claro, se empeña en contradecir a algunos de sus más conspicuos relatores, y de mala gana éstos hubieron de admitir, la noche del domingo, que el comandante Hugo Chávez volvía a ganar la presidencia.
Frente a la rotunda victoria del oficialismo, dos preguntas: ¿por qué una elección en un país latinoamericano tuvo tanta atención del resto, al punto de enviar programas de televisión enteros y a sus conductores estrellas, además de involucrar a parlamentarios y dirigentes políticos?, y ¿por qué se desconocen tan arbitrariamente las razones más obvias del triunfo del chavismo, presentándolo como un fenómeno psicótico, populista, de voto rentado o cualquier otro desvío político?
Respecto de la primera, me parece que las elecciones en Venezuela simbolizaron la puja de dos modelos que se tensan en estas latitudes: la ratificación de Chávez y de su heterodoxo modelo de inclusión y redistribución constituye un aliciente global para todos los procesos de quiebre del statu quo hegemónico en estas tierras (se llamen Alba, kirchnerismo, Evo, Centroamérica, Unasur, Correa, Mercosur ampliado, etc.)
Y en cuanto a las causas que explican la victoria y los más de 10 puntos de diferencia con el candidato de toda la oposición junta, no debería soslayarse tan rápidamente lo que estos años han significado para la transformación interna de la sociedad venezolana.
Con el “Caracazo” se quebró un sistema político putrefacto, donde una elite se distribuía “caballerosamente” el poder entre dos partidos nominalmente diferentes.
Venezuela sólo era Caracas, el resto apenas monte y culebra. Chávez redireccionó los recursos de la renta petrolera, tanto hacia los colectivos más vulnerables internos, como a los vecinos pobres de la región; las “misiones” de salud, educación y vivienda hacia los sectores marginales implicaron una redistribución sustantiva: la pobreza y la pobreza extrema se redujeron ambas a la mitad, se acabó el analfabetismo y se extendieron derechos políticos inéditos.
¿Dónde está la extrañeza de que Chávez siga ganando?
Twitter: @nspecchia
¿Por qué Chávez sigue ganando?
por Pedro I. de Quesada
Estaba todo listo: los diarios tenían los titulares de sus tapas ya previstos, los principales columnistas habían redactado los artículos que, seguramente, se habrían titulado “Victoria de Capriles: mensaje para la oposición argentina”; y una buena cantidad de medios habrían celebrado, en letras catástrofe, el final de la “dictadura” chavista.
Como diría Eduardo Galeano, extraña dictadura y curioso dictador, que ganó ocho elecciones en cinco años y se sometió a un referéndum en el que preguntaba a los venezolanos si querían el modelo de Estado que él proponía: es el único presidente de la historia de la humanidad en hacerlo, y ganó con el 60 por ciento.
La realidad, claro, se empeña en contradecir a algunos de sus más conspicuos relatores, y de mala gana éstos hubieron de admitir, la noche del domingo, que el comandante Hugo Chávez volvía a ganar la presidencia.
Frente a la rotunda victoria del oficialismo, dos preguntas: ¿por qué una elección en un país latinoamericano tuvo tanta atención del resto, al punto de enviar programas de televisión enteros y a sus conductores estrellas, además de involucrar a parlamentarios y dirigentes políticos?, y ¿por qué se desconocen tan arbitrariamente las razones más obvias del triunfo del chavismo, presentándolo como un fenómeno psicótico, populista, de voto rentado o cualquier otro desvío político?
Respecto de la primera, me parece que las elecciones en Venezuela simbolizaron la puja de dos modelos que se tensan en estas latitudes: la ratificación de Chávez y de su heterodoxo modelo de inclusión y redistribución constituye un aliciente global para todos los procesos de quiebre del statu quo hegemónico en estas tierras (se llamen Alba, kirchnerismo, Evo, Centroamérica, Unasur, Correa, Mercosur ampliado, etc.)
Y en cuanto a las causas que explican la victoria y los más de 10 puntos de diferencia con el candidato de toda la oposición junta, no debería soslayarse tan rápidamente lo que estos años han significado para la transformación interna de la sociedad venezolana.
Con el “Caracazo” se quebró un sistema político putrefacto, donde una elite se distribuía “caballerosamente” el poder entre dos partidos nominalmente diferentes.
Venezuela sólo era Caracas, el resto apenas monte y culebra. Chávez redireccionó los recursos de la renta petrolera, tanto hacia los colectivos más vulnerables internos, como a los vecinos pobres de la región; las “misiones” de salud, educación y vivienda hacia los sectores marginales implicaron una redistribución sustantiva: la pobreza y la pobreza extrema se redujeron ambas a la mitad, se acabó el analfabetismo y se extendieron derechos políticos inéditos.
¿Dónde está la extrañeza de que Chávez siga ganando?
Twitter: @nspecchia
