lunes, 7 de enero de 2013

Siria, tercer round (07 01 13)

Primavera Árabe - El Mundo - página 2 - Hoy Día Córdoba – lunes 7 de enero de 2013 


Siria, tercer round

por Jean-Baptiste Noël








Cuando la guerra civil en Siria amenaza, tras dos años de violencia, con saltar a una nueva fase, el presidente Bashar Al Assad ha vuelto a aparecer en público después de medio año, anunciando su disponibilidad para analizar un nuevo marco constitucional para la República Árabe.

El discurso público (el primero desde 2005) del representante del clan alauíta que gobierna autocráticamente Siria desde 1970 alentó titulares esperanzadores en la prensa europea, pero si se analizan sus palabras, más allá de los anuncios espectaculares muestran una reafirmación inmovilista de la clase política de Damasco.

En primer lugar, el mandatario descartó de plano la posibilidad de ningún acuerdo con los insurgentes rebeldes, con lo que cerró una vez más la puerta a una “salida política” a la crisis civil y militar.

En segundo término, las promesas de reconciliación nacional y la posibilidad de celebración de un referéndum se condicionan a que “Occidente deje de apoyar” a los rebeldes, un apoyo que, por cierto, no se ha comprobado empíricamente y es la principal argumentación del Ejecutivo sirio para enviar al Ejército a reprimir a la insurgencia.

Y, por último, después de agradecer el respaldo internacional al gobierno ruso de Vladimir Putin y al régimen chiíta presidido por Mahmmoud Ahmadinejad desde la República Islámica de Irán, Bashar al Assad descartó renunciar al poder o a no presentarse nuevamente en próximos comicios.

Esto es lo mismo que ratificar, con todas las letras, la continuidad del gobierno y del régimen con las mismas armas e idénticas tácticas que las utilizadas en las últimas décadas.

En un primer momento, los Al Assad le negaron al conflicto la misma posibilidad de existencia. El presidente negaba en las entrevistas que hubiera rebeldes insurgentes, y apenas admitía que algunos “elementos criminales” estaban causando algunos disturbios. En un segundo round, cuando comenzó el aislamiento internacional y el abandono de la Liga Árabe, el gobierno apostó por ahogar los alzamientos mediante la represión militar abierta, incluyendo tanques y bombardeos marítimos al puerto de Latakia.

Ahora, cuando la OTAN ya ha desplegado misiles Patriot en la frontera de Turquía, y sólo los vetos ruso y chino detienen en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas un plan de intervención externa en Siria, la elite de Damasco ensaya un tercer movimiento: liberación de prisioneros, pacificación nacional, consulta plebiscitaria, nueva Constitución.

Pero parece demasiado tarde inclusive para un planteo tan poco creíble: a estas alturas, 60.000 muertos después, no hay plan factible que incluya la permanencia de los Al Assad.




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