Carta de Miami - página 2 -
Hoy Día Córdoba – lunes 10 de junio de 2013
Atrapado entre juegos de espías
por Anita Rey
Barack Obama se ha
visto empujado a defender una política que no se condice con sus programas ni
con la moral que viene intentando imprimir a su segunda presidencia para recuperar
el prestigio de los políticos: ha tenido que reconocer que el gobierno espía a
millones de ciudadanos y a los mails de compañías como Microsoft, Facebook,
Google o Apple.
Y ha sido tan duro el golpe, que el líder estadounidense no
tuvo alternativas que apelar a un recurso propio de la gestión de George W.
Bush: la lucha contra el terrorismo. Debemos espiarlos, viene a decir el
Presidente, porque los peligros globales de los nuevos enemigos nos obligan, y porque
“no se puede tener el 100% de seguridad conservando el 100% de privacidad”.
Una
afirmación que no asombraría en el liberalismo ortodoxo del Tea Party, pero que
supone un auténtico problema ideológico y comunicacional para el oficialismo demócrata.
Por esas sorpresas que
depara la política internacional, la revelación del masivo espionaje a sus
ciudadanos –después del escándalo del gobierno espiando a la agencia de
noticias AP y a la cadena Fox- se destapó en coincidencia con la visita a los
Estados Unidos del nuevo presidente chino, Xi Jinping.
Washington nunca ha
ahorrado críticas al régimen chino, por sus cercenamientos de libertades
privadas y de información, especialmente en el acceso a Internet.
Ahora, Obama
tuvo que enfrentar con su rostro más diplomático al líder chino, con el que
tenía que negociar precisamente el hecho de que China respete las patentes y la
propiedad intelectual, y deje de fabricar masivamente productos obtenidos por
vía de espionaje industrial de los países occidentales, mientras en América los
titulares de todos los periódicos se ocupaban del espionaje doméstico.
Unas
horas después de que Obama despidiera a Xi y se fuera a jugar al golf para
distenderse del acoso mediático, el diario inglés The Guardian reveló la
identidad de la fuente que filtró, tanto al medio londinense como a The
Washington Post, los programas de vigilancia masiva de las comunicaciones por
parte de la Administración
Obama : Edward Snowden, un joven informático de 29 años, ex
asistente técnico de la CIA
y actual asesor de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). O sea, una “garganta
profunda” (como en el escándalo de Watergate), pero que trabaja activamente en
los círculos más delicados del sistema de inteligencia norteamericano.
Snowden
dice que facilitó la información porque no le parecían correctas las prácticas
de la Administración
y quería que los ciudadanos supieran cómo se atentaba contra su privacidad.
Como con el soldado Manning y su filtración a WikiLeaks, seguramente pedirán
un juicio contra Snowden.
Pero las respuestas que Obama debe a la ciudadanía
no se saldarán por vía judicial.
Twitter: @nspecchia