martes, 18 de junio de 2013

Atrapado entre juegos de espías (10 06 13)

Carta de Miami - página 2 - Hoy Día Córdoba – lunes 10 de junio de 2013 


Atrapado entre juegos de espías

por Anita Rey







Barack Obama se ha visto empujado a defender una política que no se condice con sus programas ni con la moral que viene intentando imprimir a su segunda presidencia para recuperar el prestigio de los políticos: ha tenido que reconocer que el gobierno espía a millones de ciudadanos y a los mails de compañías como Microsoft, Facebook, Google o Apple. 

Y ha sido tan duro el golpe, que el líder estadounidense no tuvo alternativas que apelar a un recurso propio de la gestión de George W. Bush: la lucha contra el terrorismo. Debemos espiarlos, viene a decir el Presidente, porque los peligros globales de los nuevos enemigos nos obligan, y porque “no se puede tener el 100% de seguridad conservando el 100% de privacidad”. 

Una afirmación que no asombraría en el liberalismo ortodoxo del Tea Party, pero que supone un auténtico problema ideológico y comunicacional para el  oficialismo demócrata. 

Por esas sorpresas que depara la política internacional, la revelación del masivo espionaje a sus ciudadanos –después del escándalo del gobierno espiando a la agencia de noticias AP y a la cadena Fox- se destapó en coincidencia con la visita a los Estados Unidos del nuevo presidente chino, Xi Jinping. 

Washington nunca ha ahorrado críticas al régimen chino, por sus cercenamientos de libertades privadas y de información, especialmente en el acceso a Internet. 

Ahora, Obama tuvo que enfrentar con su rostro más diplomático al líder chino, con el que tenía que negociar precisamente el hecho de que China respete las patentes y la propiedad intelectual, y deje de fabricar masivamente productos obtenidos por vía de espionaje industrial de los países occidentales, mientras en América los titulares de todos los periódicos se ocupaban del espionaje doméstico. 

Unas horas después de que Obama despidiera a Xi y se fuera a jugar al golf para distenderse del acoso mediático, el diario inglés The Guardian reveló la identidad de la fuente que filtró, tanto al medio londinense como a The Washington Post, los programas de vigilancia masiva de las comunicaciones por parte de la Administración Obama: Edward Snowden, un joven informático de 29 años, ex asistente técnico de la CIA y actual asesor de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). O sea, una “garganta profunda” (como en el escándalo de Watergate), pero que trabaja activamente en los círculos más delicados del sistema de inteligencia norteamericano. 

Snowden dice que facilitó la información porque no le parecían correctas las prácticas de la Administración y quería que los ciudadanos supieran cómo se atentaba contra su privacidad. 

Como con el soldado Manning y su filtración a WikiLeaks, seguramente pedirán un juicio contra Snowden. 

Pero las respuestas que Obama debe a la ciudadanía no se saldarán por vía judicial.






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