Cecilia en fotograma
A Julio César Díaz
Desde el más blanco de los silencios
(blanco de paredes de sanatorios
y hospicios de ancianos)
el retrato en grises
que preside toda la geografía de mi alma:
tres tablas, un campo insinuado
en el largo fuera de foco
a tus espaldas,
y el cuerpecito defendiéndose
(¿de quién, del mundo, de mí,
o tan sólo de la cámara?)
y en el centro de las sombras
los ojos que ya ven por entre los años,
huella más personal que
cualquier dactilar policíaca
(aquellos ojos de tiempo, la
metáfora esencial)
elevándose apenas por sobre la línea
que marca la distancia,
ojos llorando mi mismo llanto:
hoy sólo puedo verlos
en la geografía escasa de mi alma,
hoy que sólo apelo
a contemplarlos en la pobre policromía fotográfica,
hoy,
ya cubiertos por otras tablas.
West
Palm Beach, 1990