Carta de Miami - página 2 -
Hoy Día Córdoba – martes 18 de junio de 2013
China entra por el canal
por Anita Rey
En la agenda oficial de las conversaciones
entre Barack Obama y el presidente chino, Xi Jinping, en la reciente visita de
este último a los Estados Unidos, no figura que hubieran abordado el
megaproyecto de inversión de China en Nicaragua para habilitar un nuevo paso
bioceánico alternativo al del Canal de Panamá. Pero se sabe que en estos
encuentros de máximo nivel, las conversaciones de los líderes no quedan
limitadas a los punteos delimitados en las agendas oficiales. Sería, además,
natural que hubiera aparecido en algún momento de los diálogos bilaterales.
El
istmo panameño ha estado, tradicionalmente, bajo la tutela oficiosa de Washington,
y una nueva apertura de comunicación en el Norte entre los océanos Atlántico y
Pacífico supondrá un cambio del comercio exterior con imprevisibles
consecuencias en el equilibrio entre ambas potencias.
Las economías americanas
miran cada vez más ávidamente los mercados orientales y el claro ascenso de
China. En 2011, como una respuesta a la revitalización del Mercosur y al
respaldo chavista a la Unasur ,
se lanzó la Alianza
del Pacífico entre los gobiernos andinos menos alineados con el bloque de
izquierdas populistas: Colombia, México, Chile y Perú. Estos cuatro países, que
se han esforzado por mantener la apertura de sus mercados (incluyendo, algunos
de ellos, la firma de Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos y con la Unión Europea ), tienen la
intención estratégica de acercarse a China, a la que visualizan como el futuro
eje de la acumulación internacional.
Ya hoy la potencia oriental se constituye
como el principal socio comercial de América del Sur, en el conjunto de los 144
países que la tienen como primera de la lista. Pero, hacia América, ese alto
perfil de China se define por el rol de compradora de materias primas (soja y
sus derivados, principalmente) desde Argentina y Brasil.
Ahora, además,
comienza a complementar ese alto perfil con inversiones directas en
infraestructura, un camino que hace años que transita en África.
La semana
pasada, la Asamblea
Nacional de Nicaragua anunció la concesión, por 50 años
prorrogables, de todos los derechos para construir un nuevo canal
interoceánico, a través de su suelo, al empresario chino Wang Jing.
La
oposición política, como los colectivos ambientales, criticaron la decisión del
presidente Daniel Ortega por considerarla una “absurda entrega de soberanía y
amplios poderes a un chino”. Los sandinistas, en cambio, celebraron lo que
consideran “una oportunidad para sacar a Nicaragua de la miseria”.
El nuevo
canal hará crecer la economía del país centroamericano hasta un 15% con el inicio
de la faraónica obra, generará cientos de miles de trabajos e inyectará unos 40.000
millones de dólares en infraestructura.
Pero nadie duda que los beneficiarios
finales serán los propios chinos.
Twitter: @nspecchia