viernes, 12 de julio de 2013

Erdogán y Europa, Europa y Erdogán (27 06 13)

Primavera Árabe - El Mundo - página 2 - Hoy Día Córdoba – jueves 27 de junio de 2013 


Erdogán y Europa, Europa y Erdogán

por Jean-Baptiste Noël




La candidatura turca a la Unión Europea ha funcionado como un termómetro de la política internacional. En los últimos 30 años, los acercamientos entre Europa y Turquía han ido colgando del humor de los gobiernos europeos; de la presión de los norteamericanos; y de las políticas públicas de Ankara en los temas “sensibles” para el derecho comunitario (pena de muerte, trato hacia las minorías, igualdad de la mujer). 

Las recientes movilizaciones de protesta en Turquía y la reacción del gobierno de Recep Tayyip Erdogán, echando mano a la represión y al discurso de “elementos terroristas” para condenar las manifestaciones, impactará de lleno en las negociaciones de adhesión al proceso de integración. 

Alemania ha sido, en los últimos años, el socio europeo más remiso a acelerar los trámites para el ingreso turco, inclusive la Cancillería de Ángela Merkel tuvo un rol más duro que el anterior ejecutivo francés de Nicolás Sarkozy. 

También en el caso alemán hay elementos internos y externos: es el país con mayor presencia de inmigrantes turcos de toda Europa. Ha sido Merkel y su ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, las principales voces que se alzaron censurando la brutalidad empleada por la policía contra los manifestantes de la plaza Taksim y el parque Geza. 

Más allá de la auténtica indignación por la violación a los derechos humanos -una cuenta siempre a medio camino en las administraciones turcas-, el malestar de Berlín pasa por la creciente “islamización” del gobierno de Erdogán. 

Tanto el primer ministro como el presidente Abdullah Gull (los hacedores, vís-á-vís, de la reimplantación del islamismo político con su partido AKP), han insistido siempre que no traen ninguna “agenda oculta” bajo el brazo, y que más allá del debido respeto a las prácticas musulmanas, no intentarán reformar el Estado laico fundado por Mustafá Kemal, Ataturk. 

Precisamente el lobby norteamericano en la Unión Europea insiste que dejar entrar a los turcos es también una señal, para el resto de Medio Oriente, de que democracia e Islam no están necesariamente reñidos. 

Sin embargo, y a pesar de estas posiciones, es objetivamente comprobable que ciertos aspectos de una “sharia light” se van haciendo presentes en la vida civil de los turcos (como el pañuelo en la cabeza de las mujeres ó la prohibición de beber alcohol en determinados lugares), y ello con el beneplácito y el aplauso de las mayorías rurales, musulmanas y nada laicas de la Anatolia, mucho más asiática que occidental. 

Y el trocito (geográfico y cultural) de la Turquía europea –Estambul, que antes fue Constantinopla y antes aún Bizancio- reacciona con protestas como las de Taksim y Geza. Protestan también porque ven que Europa se aleja cada vez más. 

Quizá la verdadera “agenda oculta” de Erdogán sea esa: dejar Europa atrás y abrazar un destino asiático y oriental. Y abiertamente musulmán.





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