viernes, 12 de julio de 2013

Croacia europea (02 07 13)

En Foco – HOY DÍA CÓRDOBA – El Mundo – Página 2 – martes 2 de julio de 2013


Croacia europea
por Pedro I. de Quesada

La tensión en los bordes de Europa ha sido la responsable, históricamente, de la aparición o el estallido de conflictos que luego involucraron al continente entero. Por ello, entre otras muchas razones, la incorporación de los países de la zona de los Balcanes al proceso de integración europeo constituyó un objetivo estratégico de Bruselas.
En el caso de Croacia, además, se sumaban las argumentaciones de que ese paso contribuiría a la estabilización interna, tan fragmentada tras el desmembramiento de la antigua Yugoslavia y las guerras serbo-bosnias: en definitiva, la Unión Europea había logrado conjurar los conflictos armados en su suelo desde el fin de la segunda Guerra Mundial, pero en los Balcanes perdió ese invicto.
A esta trama, por demás compleja, no puede evitársele agregar la tradicional mirada de las elites croatas (católicas y occidentalizantes), frente a las masas populares y rurales (también católicas, pero eslavas, o sea pro rusas); enfrentadas, a su vez, a una Serbia –claramente eslava, y ortodoxa- y a los territorios y enclaves bosnios, musulmanes y orientales.
Este crisol balcánico (a cuya confusión contribuyó la Argentina de los ´90: parte de los envíos ilegales de armas traficadas durante el menemismo fueron a parar a Croacia) esta semana ha agregado un elemento que puede ser –si es bien utilizado- ordenador y pacificador.
Tras diez años de negociaciones, Croacia ha ingresado oficialmente y de pleno derecho a la Unión Europea, como el Estado-miembro número 28. En medio de la crisis económica mundial, el proceso de integración del Viejo Continente sigue mostrando una buena salud a prueba de tempestades.
Si bien las facciones más conservadoras al interior de algunos gobiernos (como el británico, por ejemplo), atizan la idea de sacar los pies del plato y abandonar a Europa a su suerte, los países más débiles de la periferia siguen viendo en la organización común, en la Comisión, en el Consejo, en el Parlamento y en los órganos subsidiarios (desde los económicos y financieros, hasta los de salud y educación) la vía óptima para enfrentar los desafíos de la globalización.
Y los croatas saben lo difícil que es: llevan cinco años seguidos de recesión (ahora, en la UE, sólo los supera Grecia); una desocupación del 18 por ciento de la población económicamente activa (llega al 50 por ciento entre los jóvenes); está entre los países más corruptos del continente y su moneda –la kuna- entre las más depreciadas.

No entran aún al euro ni al espacio Schengen (de movilidad sin fronteras), pero si todo sale bien, lo harán en los próximos meses. Croacia, finalmente, consolida su destino europeo.



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